
Que la dulzura es mirarla fijamente a los ojos y se acerque para besarme... Que es única, increíble, hipnótica... Que no sé ni como coño estoy escribiendo esto, porque me falta el aire y las palabras, porque pierdo la cordura cuando de ella se trata. Que me alegra la puta vida cuando sonríe y me hace comprender que merece la pena levantarse en los días grises sólo por verla sonreír. Que la echo demasiado de menos a todas horas... Que besarla es el mayor placer jamás descrito. Que ella es la única culpable de la sonrisa idiota que luzco las 24 horas... Que nada importa cuando estoy con ella... Que no la cambiaría por nada del mundo. Que es los arándanos de mi pastel. Que me encanta, mademoiselle. "Vamos, suda conmigo, aquí sigo, susurra mi nombre mientras te castigo..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario