Seguidores

viernes, 15 de febrero de 2013

Arde Troya.

Pantalones apretados, blusa negra, chupa de cuero, sujetador y bragas de encaje, tacones altos  y labios rojos. Termina de arreglarte y sal de casa. Hazte de rogar, llega tarde a nuestro encuentro. Ésta noche te quiero toda para mi.. Camina como si no hubiera mañana. Las miradas fijas en ti, tu mirada fija en el horizonte. Llega a donde esté y bésame. Quiero desaparecer contigo. Entramos por la puerta roja de la casa. Caminas delicadamente por el pasillo, frágil y etérea. La habitación está al fondo a la izquierda, te cuelas sensual y erótica en ella. Empieza a llover con fuerza. Fuera, una tormenta repercutía con dureza en las calles. Dentro de la habitación, una guerra de sexos en pleno auge daba comienzo. Tú y yo frente a frente. Las miradas fijas, las manos inquietas. Nos desnudamos con fiereza. La calle está mojada y tú sin bragas sobre mi cama. Las vergüenzas al aire y la vergüenza bajo llave. Saca los cuchillos, arremete contra mi. Despliega todo tu encanto junto a tus armas de mujer. Vamos, hazme sudar, castígame. Salta de la cama y ponme contra la pared mientras me besas. Muerdo mi labio por no romper a mordiscos los tuyos. Cambio de roles, giro las tornas y te pongo contra la fría piedra. Nos tiramos en la cama mientras nos devoramos. Abofetéame y ponte encima. No sonrías tanto nena, todo lo que sube, baja. A vueltas en la cama enzarzados en un tira y afloja por llevar la voz cantante. Tú la potente América y yo el jodido Vietnam. Sudor y jadeos por ser el dominante. Tira el edredón al suelo con desdén. Tú y yo bajo sábanas, se enciende el fuego, arde Troya. Te voy a llevar al paraíso por el mal camino. Hazte la estrecha cariño, que me pone más. Cierra las piernas cuando te meta mano. Pónmelo difícil. Hasta que bajes las defensas. Te vas a enterar. Muerde mi cuello mientras deslizo mi mano por entre tus piernas. Gímeme al oído mientras te masturbo. Suplícame que pare. Bajo las revoluciones; cuando me dices "No pares" entrecortada. Aparta mi mano con rabia. Clávame las uñas en el pecho y fóllame. Cabalga desatada y no pares. Grita hasta romperte la garganta, despierta al vecindario. Vamos nena, en esta guerra no existen tablas, gana el último en caer. Vocifera mi nombre a horcajadas entre sonoros "no pares". Ponte a cuatro patas, gime y jadea mientras te doblego tirándote del pelo. Subimos el ritmo, sube la temperatura. Mueve tu precioso culo mientras te castigo. Ponte debajo, que te voy a hacer gozar hasta que caigas rendida. Jadeos alocados al borde de la hiperventilación, pasión desenfrenada, orgasmos placenteros acompasados de gritos estridentes... Hasta que los dos caímos rendidos sobre las sábanas empapadas... Se apagó el fuego, ardió Troya. Y nosotros ardimos con ella...