Para ser sinceros,
pretendía escribir algo bonito, pero tras ponerme a pensar durante
varios días qué escribirle, cómo escribírselo, hipérbole aquí,
metáfora allá… Cerrar los ojos, visualizarla, perderme en su primera sonrisa y en la segunda, y en la tercera y en la cuarta… En fin... Como
finalmente no pude escribirle algo bonito, preferí hacer algo de
corazón.
Dicen que a base de
errores se avanza en la vida, que te ayudan a mejorar y a crecer como
persona… No lo pongo en duda, pero hay casos en los que un error en vez de avanzar, lo único que te hace es retroceder… Y eso me ha
pasado a mi, cometí un error y la cagué, cada vez que echo la vista
atrás y hago examen de conciencia, si pudiera cambiar algo, sería
lo primero que cambiaría sin ningún asomo de duda…. El qué? Pues es sencillo, haber pasado de ella. Haber pasado de
ella fue la mayor cagada que he cometido hasta la fecha de hoy….
“No será para tanto” dirán algunos, los que piensan eso no
tienen ni puta idea de cómo es ella… Una sonrisa brillante,
contagiosa, luminosa y llena de vida, de esas que consiguen que un
día de mierda merezca la pena sólo con tal de verla sonreír. Su
mirada, dulce, profunda y sincera, con esos ojitos color caoba que te
atrapan al primer contacto… La echo de menos. Mucho. Más de lo que
ella piensa y más de lo que yo quisiera… Echo de menos su alegría,
su vitalidad, su habilidad para restarle importancia a los problemas
mientras te engatusa con una de sus sonrisas, sus ganas de comerse el
mundo, sus cálidos besos... Pero también echo de menos lo malo…
Echo de menos sus rabietas, esas en las que, para aliviar el asunto,
tratabas de hacerla reír y se aguantaba la carcajada hasta que no
podía más y acababais riendo los dos. Echo de menos sus caprichos
de niña tonta, sus momentos tristes… Echo de menos echarla de
menos.