Dos de la mañana. Marlboro Gold. Me enciendo uno y me asomo a la ventana. Hace frío. Miro al cielo mientras mis retinas se ven invadidas por el humo que suelto a cada calada. Miro fijamente a las estrellas. Mi mente vuela. Se va flotando a la mejor parte de mi subconsciente; la más caliente. Ella. El frío es nimio, ya que cuando de ella se trata me hierve la sangre. Apuro el cigarro, me meto en cama y me pongo a escribir. Joder, sólo me vienen pensamientos impuros... Me tienta. Mi mente sigue coqueteando con ella. Ojalá estuviera aquí. Sólo de pensarlo... Puffff. Hoy no duermo. Cada segundo que pasa, un pecado. Arderé en el fuego, si, pero si es por pecar con ella nada importa. El tiempo pasa y yo en el más dulce delirio. ¿Queréis que se lo cuente?. ¿Si? Pues atentos. Prestad atención:
- Quítate la ropa despacito, que ahora viene lo bueno. Ponerte contra las cuerdas. Hacerte gritar, que pierdas los papeles. Que te desates y gimas. Esa cara de placer. Ponértelo difícil. Hacerte sudar. Castigarte. Dejarte llevar. Vamos, hazme delirar como tú sabes, bombón. Muérdeme el labio, chica con clase. Bésame el cuello. Hazme sudar, soy todo tuyo. Sin límites. Clávame las uñas, deja tu marca en mi piel. Sigue el ritmo. O hazlo como quieras. Tú mandas. Yo obedezco. Eres perfecta, lo sabes ¿no?.
"Les costaba ponerse de acuerdo,pero una cosa tenían en común...Estaban locos el uno por el otro"
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