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martes, 10 de mayo de 2011
Can I be electric too?
A altas horas de la noche las sábanas son un mar de sudor debido al calor y a la concentración de humo que se forma en su habitación después de varios cigarros. Alarga la mano para coger el ipod que se hallaba encima del escritorio, repasa la lista de canciones y la mayoría le recuerdan a ella; después de varios minutos se decanta por una de Oasis… Se enciende otro pitillo mientras de fondo se escucha “She’s electric!” y disfruta del cigarro en cada calada. En medio de la espesa cortina de humo la divisa “¡Maldito insomnio!” piensa, y es que ya no es la primera vez que se le aparece en esas largas noches sin dormir… Mientras ella baila al compás de la música, él la escribe en sus tablaturas, la escribe en do re mi fa, la busca en sol, pero el único sol capaz de acariciarla es el astro que la alumbra cada mañana y hace brillar sus cabellos. Se acerca a ella y roza su piel, sabe exactamente donde tiene cada lunar y los milímetros de circunferencia de cada uno de ellos, el color de sus uñas y el gracejo que tiene cuando se las pinta o los tirabuzones de su pelo; lo recuerda todo al detalle.
Corazón, cada vez que te veo te memorizo para poder estar contigo las 24 horas del día en mi mente y así poder observarte mientras arrancas a bailar o hacer el amor bajo la noche estrellada. Cada vez que te vuelvo a encontrar soy como un niño pequeño abriendo sus regalos de navidad, porque cuando te vuelvo a encontrar te recibo con toda la ilusión del mundo… Porque cada vez que te vuelvo a ver, es como si fuera la primera vez…
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